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¡Siga Esta Ruta! / Ubícate: La 'diferencia humana' es la
clave de la rentabilidad de tus
tiendas |
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Lo mismo puede decirse de sucursales de bancos, agencias
de autos, clínicas de salud, en fin, cualquier punto de venta. En
situación de feroz competencia, la capacidad de tus empleados de
construir relaciones fuertes con tus clientes, y hacerlos sentir
como alguien especial, es lo que marca la diferencia para hacer
crecer las utilidades de tus tiendas.
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Por GABRIEL GONZÁLEZ GRUPO REFORMA |
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La "diferencia humana" aumenta
tus utilidades
A lo mejor compartes la angustia de Javier
Pérez, director ejecutivo de una cadena de supermercados. La presión
del intenso nivel de competitividad le exige disminuir cada vez más
sus precios y, por ende, sus márgenes de utilidad. El problema crece
porque los gastos de personal, no sólo en términos de nóminas, sino
también los relacionados con la incidencia de accidentes, altos
niveles de merma, y ausentismo, hacen cada vez más difícil el
crecimiento rentable de su empresa.
El predicamento de Javier
es muy sencillo: se trata de que las ventajas competitivas
tradicionales ya están maximizadas: la ubicación, la combinación
óptima de productos y marcas, las promociones de temporada, son
cuestiones que son aprovechadas por competidores por igual. Pero un
factor cada vez más clave de su negocio opera a una mínima fracción
de su potencial: ¿Adivinas cuál? Creo que acertaste, estamos
hablando de los aspectos humanos del desempeño de su empresa, o más
precisamente, la cuestión de cómo hacer para incrementar el
involucramiento de clientes y empleados. Es precisamente en estos
aspectos -la "diferencia humana"- donde se encuentran las más
grandes deficiencias de su desempeño y el máximo potencial de
crecimiento de sus utilidades, porque el involucramiento de
clientes, cuando es lo suficientemente fuerte, supera la importancia
de los precios. ¿Algunos ejemplos?
¿Qué determina la
rentabilidad de tu espacio?
La cadena estadounidense
Best-Buy se planteó como estrategia de crecimiento el maximizar los
aspectos humanos del desempeño de sus tiendas. En un lapso de 18
meses logró incrementar la proporción de sus empleados involucrados,
de un 20 por ciento a un 34 por ciento, y al mismo tiempo disminuir
la proporción de empleados activamente no involucrados de un 20 por
ciento a un 15 por ciento. Esto trajo consigo una reducción del 38
por ciento en la rotación de su personal con un ahorro neto de 250
millones de dólares. Este es sólo un signo. Brad Anderson, el
director ejecutivo de Best-Buy ha declarado que una pieza clave de
su éxito ha sido el aumento contínuo del involucramiento de sus
empleados. Como referencia, Best-Buy es una de las acciones con más
alto nivel de crecimiento en valor en los últimos diez
años.
Ahora veamos el caso de uno de los principales bancos
del mundo. Similar al caso anterior, su comité ejecutivo decidió
explotar al máximo los aspectos humanos de su desempeño (poniendo
tanto énfasis en esto como en la atención que dedica a mejorar la
apariencia física y la tecnología de sus sucursales). Pero en lugar
de tratar de desviar el flujo de atención y servicio de clientes
hacia los cajeros automáticos y otros vehículos impersonales (para
disminuir el tráfico en sucursales) hizo precisamente lo contrario,
pero con un detalle de brillantez: intensificó el contacto personal
de sus clientes con empleados involucrados, aquellos que utilizan su
talento en su trabajo todos los días y que cuentan con el apoyo de
un buen gerente. El resultado fue fenomenal: más y mejores clientes.
Las sucursales con un nivel de involucramiento de empleados y
clientes (ambos) elevaron 4 mil 300 dólares el balance promedio de
sus clientes más valiosos, y además aumentaron en un lapso de seis
meses la duración promedio de sus cuentas y lo que parece más
sobresaliente aún: duplicaron el ritmo de crecimiento de nuevas
cuentas en las sucursales más antiguas y consideradas como un
problema debido a su mala ubicación. Con esto, este banco demostró
que es ahora el componente humano el que le da valor agregado a sus
activos físicos.
Consideremos un tercer caso. Se trata de una
de las principales cadenas de tiendas de departamento a nivel
mundial. Sus directivos decidieron aplicar una estrategia de
involucramiento total, tanto en empleados como en clientes. Y sus
resultados de esta estrategia son verdaderamente extraordinarios:
las sucursales con niveles de involucramiento de clientes y
empleados superiores al promedio elevaron la utilidad del espacio
físico de sus tiendas de 120 a 183 dólares por metro cuadrado: Una
diferencia de 63 dólares por cada metro de su infraestructura
física!
La angustia de Javier es que no tiene un sistema
que le permita administrar estos aspectos humanos de su desempeño.
Javier fue educado para administrar "personal" o "segmentos de
mercado", pero nadie lo ha educado para involucrar a clientes y
empleados, uno a la vez. Paradójicamente, la clave se encuentra
dentro de su empresa, sólo es cuestión de hallarla y saberla
administrar. Para su fortuna, un número creciente de empresas están
aprendiendo cómo hacerlo. El sistema para reducir y optimizar la
"diferencia humana" ya existe. En términos muy simples, se trata de
involucrar a clientes y empleados. Esta es la base para una
estrategia de alto crecimiento. Al administrar la "diferencia
humana", las empresas generan más dinero que a través de incrementos
de muchas, si no de todas, las iniciativas de gerencia actualmente
en desarrollo. Esa es la ruta que siguen las mejores empresas del
mundo.
El Dr. Gabriel González Molina es coautor del
libro ¡Siga Esta Ruta! Cómo las Mejores Organizaciones del Mundo
Crecen al Desarrollar su Potencial Humano, Editorial Urano (2003) y
líder mundial de la práctica SigmaHumanoTM de la Organización
Gallup.
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